Un viaje a través de los pensamientos, acompañado de buena música; así se puede describir el concierto que brindó Big Thief en la Ciudad de México.
Para empezar bien el mes, la magnífica voz de Adrianne Lenker y el increíble talento instrumental de Buck Meek, Max Oleartchik y James Krivchenia invadieron el Teatro Metropólitan con el indie y folk que tanto los caracteriza.

El viaje emocional comenzó con la vocalista saliendo sola al escenario con su guitarra para interpretar «Not a Lot, Just Forever». Después, el cuarteto completo irrumpió con fuerza y carácter para presentar “No Reason y Los Angeles”.
Las luces acompañaron a la banda en todo momento con un show espectacular que dio un efecto cinematográfico a la noche, mientras sonaban éxitos como “Simulation Swarm”, “Words” y “Little Things”.

A la mitad del espectáculo, el público sintió un torbellino de emociones en pocos minutos. Con Shark Smile, una enorme ola de nostalgia invadió el recinto; pero al finalizar, la atmósfera cambió a un momento de euforia y movimiento, dirigidos por la intensidad de Not.

Luego llegó un instante de profundo respeto con “Terminal, Cattails” y “12,000 Lines”, canciones que hicieron sentir como si todos estuvieran compartiendo la misma habitación con el cuarteto.
Uno de los momentos más especiales de la noche llegó con la improvisación: extensiones mágicas en “Happy With You” y nuevamente en “Shark Smile”, donde el público intentó seguir la voz de Adrianne sin lograr alcanzarla, coreando con cariño: “¡Adrianne, hermana, ya eres mexicana!”. En ese interludio, James tomó la voz y sorprendió a todos interpretando “Time Escaping”, ofreciendo una nueva versión cargada de sentimiento.

Para la recta final, canciones como “Mythological Beauty” y “Certainty” provocaron sonrisas y un hermoso sentimiento de gratitud por estar ahí, especialmente porque la banda no había pisado tierras mexicanas desde hace 10 años.
Decidieron finalizar con himnos como “Masterpiece”, “Spud Infinity” y la famosísima “Vampire Empire”, que elevó la euforia e intensidad de todos en el lugar. El público salió satisfecho y feliz de haber vivido una noche mágica y poder disfrutar nuevamente de su banda y música favorita.
