Frankelda es la primera película mexicana de animación stop motion, dirigida y escrita por Arturo y Roy Ambriz. Esta producción llegó a las carteleras de cine y permitió a los espectadores descubrir un mundo mágico alimentado por las pesadillas de los humanos.
La historia sigue a Frankelda, una joven escritora que, tras la pérdida de su madre, se refugia en la escritura y la fantasía, dando vida al Mundo de los Sustos. En este universo, el arte y los sueños se mezclan: la pintura de su madre muestra claras influencias del estilo de Remedios Varo, inspiración que también se refleja en el diseño de los personajes.
La cinta aborda distintos temas, como la lucha por seguir aquello que te apasiona y dejar atrás lo que ‘ya está escrito’, para convertirte en la tinta con la que escribirás tu propio destino. Ante la escasez de buenas historias, el Príncipe de los Sueños, desesperado por mantener la energía de su pueblo, busca a Frankelda para que escriba para él, desatando un enfrentamiento con el viejo escritor que roba sus ideas, quien no lo duda ya que su abuela no le permite buscar el sueño de ser escritora.
Al ver esa esa llega la idea de: Imaginar poder viajar al mundo que has creado, es algo mágico y casi imposible, un sueño que solo los verdaderos soñadores logran al cerrar los ojos. Sin embargo, Frankelda lo consigue al desprenderse de su conciencia. Escena donde la película plantea una pregunta profunda: ¿qué somos realmente?
Si el Mundo de los Sustos se alimenta de las pesadillas humanas, podríamos pensar que no existe y que solo habita en la mente de su creadora. Pero al sentir, al amar y al tener un propósito, esos seres cobran vida, volviéndose reales y conscientes.
Todos los temas convergen en un mensaje poderoso:
Somos los dueños y creadores de nuestra propia historia. Con nuestra tinta, sin importar a qué universo pertenezcamos, escribimos nuestra vida.
Las historias nunca desaparecen. Cada vez que volvemos a leer la nuestra, revivimos los sentimientos y los sueños que nos llevaron a escribirla.
La cinta también rinde homenaje a Mary Shelley, reconocida mundialmente por Frankenstein, quien, al igual que Frankelda, desafió las normas de su época para escribir en un género que no se asociaba con las mujeres. Este año, tanto Frankenstein como Frankelda rinden tributo a su legado, recordándonos el poder de la imaginación y la valentía de crear.
Además, la película incluye números musicales que crean un contexto mágico a la historia, permitiendo que los personajes expresan sus emociones y pensamientos a través de la música, dándole una dimensión aún más profunda a su mundo.
Es una película que, al salir de la sala, te invita a viajar a lo más profundo de tu imaginación, a crear universos únicos y a mirar la vida desde una perspectiva más creativa, con nuevas ganas de escribir tu propia historia.
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