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Red Bull Tetris®: México tiene a su representante rumbo a Dubái en el primer torneo de Tetris jugado con drones

Tetris nunca había volado tan alto. El icónico videojuego de puzzles que marcó a generaciones enteras acaba de dar un salto inesperado: pasar de la consola al cielo. Con el impulso de Red Bull y The Tetris Company, nace Red Bull Tetris®, el primer torneo internacional del clásico juego… jugado con drones. Sí, leíste bien: una competencia real en la que las piezas flotan en el aire y se mueven gracias a un sistema de vuelo en vivo, llevando la nostalgia del Tetris a un nuevo nivel de adrenalina y tecnología.

En México, la Final Nacional se celebró este 20 de noviembre en la CDMX, con una jornada intensa cargada de luces, enfrentamientos y emoción. Ocho jugadores llegaron a esta instancia tras superar las etapas clasificatorias realizadas durante meses anteriores. Además del nivel competitivo, el evento se volvió una fiesta para la comunidad gamer y tech, con la participación de creadores como Khali, Roberto Cein y Mike Phy, quienes también vivieron la experiencia del dron-duelo en partidas 1:1. La conducción corrió a cargo de Mariano y Patricio Razo.

La final fue épica. Rodolfo Escobar y Jorge Aguilar protagonizaron un duelo de alto calibre, con estrategia, reflejos y precisión milimétrica. Tras cinco rounds tensos y cargados de energía, Escobar se impuso con autoridad y se ganó el honor de representar a México en la Final Mundial, que se disputará del 11 al 13 de diciembre en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.

Y si creías que nada podía superar ese nivel de innovación, atención a esto: la gran final se celebrará con más de 2,000 drones proyectando en el cielo el primer Tetris jugado en vivo, utilizando el Dubai Frame como pantalla monumental. Un espectáculo sin precedentes que une nostalgia, tecnología y creatividad en una sola experiencia audiovisual.

Con Red Bull Tetris®, el juego que alguna vez llevaste en el bolsillo ahora se eleva sobre las ciudades y redefine lo que entendemos como “competencia”. Una celebración que conecta generaciones y demuestra que, cuando se trata de empujar los límites, Red Bull no juega: reinventa.