Música

El niño que fuimos y el presente que duele: Depresión Sonora lanza “Me Va la Vida en Esto”

Depresión Sonora continúa construyendo el mapa emocional de su próximo álbum Los Perros No Entienden Internet —previsto para este otoño— con el lanzamiento de “Me Va la Vida en Esto”, un sencillo que abre heridas con suavidad y nos confronta con la pregunta: ¿quién éramos antes de todo esto?

La canción surge de un hallazgo personal y poderoso: una grabación en cassette con la voz del propio Marcos Crespo cuando tenía cinco o seis años. Ese fragmento de infancia se convierte en la semilla de un tema que reflexiona sobre la identidad, el paso del tiempo y la urgencia de reconectar con lo que fuimos, antes de que lo digital y el vértigo nos disuelvan.

A nivel lírico, “Me Va la Vida en Esto” retoma el impulso con el que Depresión Sonora irrumpió durante la pandemia: hacer música desde el riesgo emocional, no como una pose, sino como un acto de resistencia. En esta etapa, sin embargo, el proyecto avanza hacia una nueva sensibilidad: la de aquellos que existen fuera del universo virtual. Como sugiere el nombre del disco, este nuevo material está dedicado a los que no entienden el algoritmo, pero sí los vínculos reales.

En lo sonoro, la canción conserva la crudeza de los inicios: guitarras afiladas, estructura contenida, dramatismo sincero. Producida por Marcos Crespo y Harto Rodríguez, mezclada por Chris Coady y masterizada por Greg Obis, Me Va la Vida en Esto pulsa con una intensidad madura y una producción cuidada. El solo de guitarra remite al imaginario soviético, mientras que el ritmo se ancla en una melancolía urbana que ya es marca de la casa.

Con este lanzamiento estamos más cerca de escuchar el disco completo. Marcos busca autenticidad en medio del ruido. Desde una “casa del árbol” imaginaria construida entre asfalto y ansiedad, suena una voz que no teme mirar atrás para entender lo que somos hoy.

Depresión Sonora es uno de los talentos emergentes de la pandemía que no hemos podido dejar de escuchar con el paso de los años. Siempre tiene una rola que nos hace pensar, imaginar y volar.

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