En el universo culinario de la Ciudad de México, Los Almendros es más que un restaurante: es un referente cultural. Con 30 años de trayectoria y operado por CMR, este espacio rinde homenaje a la riqueza gastronómica de Yucatán, mientras abraza el futuro con acciones concretas en inclusión, sostenibilidad e impacto social.
Ubicado sobre Insurgentes Sur 1759, en una casona de estilo colonial contemporáneo, este icónico restaurante te transporta a la península a través de ternos bordados, vitrales coloridos y una cúpula central que evoca el alma de las haciendas yucatecas. Su segunda sede está en la histórica Hacienda Yabucú en Yucatán.

La gastronomía yucateca —reconocida como patrimonio cultural intangible de México— nace de una fusión entre lo maya, español, árabe, caribeño y mestizo, lo que da como resultado una cocina compleja, colorida y profundamente arraigada. Ingredientes como el achiote, la naranja agria, el maíz, el venado, el plátano macho o el faisán dan vida a una tradición que ha sabido reinventarse.

Uno de los mayores aportes de Los Almendros a esta tradición es el poc chuc, platillo creado en sus cocinas de Ticul y que hoy es parte del imaginario gastronómico nacional. Filetes de cerdo marinados, asados a la brasa y acompañados con frijoles, cebolla encurtida, chiltomate y aguacate.
Un menú que cuenta historias
La cocina se ha nutrido del talento de diversos chefs, entre ellos Ambrosio Vara, quien ha colaborado activamente en la creación y evolución de la carta. Con un cheque promedio de $480.00 pesos por persona, $2,000.00 para una familia de 4 personas.
Además, cuenta con menús especiales por temporada (San Valentín, Cuaresma, Día de Muertos con mukbil pollo y pan de muerto, Año Nuevo, festivales regionales, del mole, etc.), y un buffet los fines de semana que incluye clásicos yucatecos por $510 adultos / $384 niños.
Aquí probamos de todo lo relacionado a esta cocina del sur de México, sopa de lima que se sintió como un apapacho, una crema de chile Xcatic que estaba muy sabrosa y unos panuchos para abrir el apetito. La cochinita pibil de los panuchos estaba deliciosa y no escatiman con cuánto le ponen al panucho.

Todos los platillos son muy bastos en sus porciones, para seguir disfrutando de la comida, elegimos el queso relleno de Izamal, el sabor increíble.

Por lo que nos recomendaron este restaurante fue por su famoso Poc Chuc platillo creado en sus cocinas de Ticul que es filetes de cerdo marinados, asados a la brasa y acompañados con frijoles, cebolla encurtida, chiltomate y aguacate.
Tanto la presentación como el sabor de su platillo fueron la joya de esta visita. Los almendros cuidan cada detalle y se nota en cada bocado. Nos gustó mucho su receta.

Llego la hora de los postres. Comenzamos con este pan de elote con rompope que nos fascinó, seguimos deleitando el paladar con el tradicional flan y para no dejar que la azucar bajara cerramos con el pastel de chocolate, una maravilla.

Ahora, si la comida es una aportación relevante a la cultura, qué mejor que promover otras expresiones artísticas como el teatro. Por esta razón, Los Almendros fomenta Los viernes de teatro, que con un consumo mínimo de $1,500.00 pesos durante la cena, puede solicitarse un pase doble para asistir a alguna función de teatro (es necesario consultar los términos y condiciones de esta promoción así como los teatros participantes).

Otra opción son los viernes últimos del mes, puede disfrutarse de música en vivo (alguna banda de música de los 70’s) a la hora de la cena.
A lo largo del tiempo, personalidades como Yuri, Roberto Palazuelos, Enrique Bunbury, Miguel Herrera y Manuel Negrete han sido parte de esta experiencia. Y en agosto, el restaurante celebrará su aniversario con una reconfiguración de carta, incorporando nuevos platillos que seguirán enriqueciendo esta historia de sabor.
Hoy, Los Almendros es un punto de encuentro para familias, turistas y amantes de la cocina tradicional que buscan más que una comida: una conexión con las raíces yucatecas y con un futuro más justo, sabroso y sustentable.
¿Te animas a saborear 30 años de historia en un solo platillo? Este lugar es increíble para llevar a tu familia o amigos, su menú es muy bueno y sazón excelente. Que no te impacte su majestuoza fachada, el lugar es económico al nivel de cualquier restaurante de cadena. Pero eso sí, cien mil veces más sabroso.
Sin duda, nuestro restaurante favorito si queremos deleitar el paladar con comida Yucateca.
