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Noche de rock a la vieja escuela con Primal Scream

La banda Primal Scream aterrizó en nuestro país desde Reino Unido, dejando un show de rock que todos sus fans estaban esperando.

Pocas bandas logran mantenerse vigentes después de más de cuatro décadas, pero ellos lo han conseguido combinando rebeldía, experimentación y una energía que sigue viva, con la que inundaron el Teatro Metropólitan.

La banda, liderada por Bobby Gillespie y que ya se ha hecho un referente en el rock británico, nos dejó un show digno de su reputación de ya más de 40 años. Fue formada en el remoto 1982, año que marcó el inicio de esta agrupación que ya es pieza clave en la evolución del rock alternativo con toques de electrónica.

Cortesía OCESA

A lo largo de tantos años, esta agrupación ha tenido diferentes etapas y una gran evolución musical: desde rock sucio, tonos experimentales, sonidos industriales e incluso políticos. Su música no solo busca hacer bailar o gritar, sino también hacer pensar, ya que muchas letras hablan de crítica social, espiritualidad y rebeldía que le encanta a sus fans, esto dejándose notar en todo el empeño que el público dio al cantar las letras a todo pulmón junto a la banda británica.

Ver a Primal Scream en vivo es una experiencia que va más allá del simple concierto. Bobby Gillespie, con su carisma inconfundible, logra que el público se sumerja en un viaje psicodélico entre luces, riffs de guitarra y beats electrónicos que hacen vibrar tanto a viejas como a nuevas generaciones, llegando a conectar con todos por igual.

En el show tocaron grandes éxitos, tanto recientes como ya clásicos de la banda, como ‘Country Girl‘, que fue una canción con la que regresaron a sus raíces, dejando de lado la electrónica y volviendo a ese sonido característico de guitarras más crudas que se escuchaba en el rock británico original.

Otra de las canciones estelares no podía ser otra que su icónico tema: ‘Movin’ On Up‘, un viejo clásico que, aunque salió hace más de 30 años, sigue
siendo un éxito sin igual y bastante importante, no solo en el sentido de popularidad, sino también por ser la canción que marcó el antes y después de la banda al encontrar su propia identidad musical con una combinación de rock psicodélico, gospel y dance. Todo esto acompañado de una letra que habla de liberarse del pasado, dejar atrás lo negativo y buscar una nueva dirección en la vida.

Por último, y para cerrar el show, llegó ‘Rocks’, una canción que es la definición del rock & roll sacado de los 90, teniendo también toques de blues, funk y una actitud punk. Todo esto en una canción que hizo que todo el público, al unísono, la cantara, dando final a un concierto más que mágico, que estoy seguro tanto los nuevos como los viejos fans de la banda disfrutaron a más no poder.

Primal Scream demostró que el paso del tiempo no ha hecho más que fortalecer su esencia. Este concierto fue una verdadera dosis de rock ,tanto alternativo como clásico, que recordó por qué la banda escocesa sigue siendo un referente en la historia de la música. Su energía, su actitud y la conexión con el público dejaron claro que su espíritu sigue intacto.

Una noche llena de himnos, guitarras y nostalgia que confirmó que el rock de Primal Scream sigue tan vivo como siempre, esperando ya el regreso de la banda más temprano que tarde.

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