Han pasado más de 30 años desde que Irvine Welsh nos voló la cabeza con ‘Trainspotting‘, ese libro que convirtió la desesperanza escocesa en arte sucio, sudoroso y brutalmente honesto.
Ahora, el escritor está de vuelta con ‘Men in Love‘, la secuela oficial que se publicará en inglés este 24 de julio. Y aunque los personajes siguen siendo los mismos junkies de siempre (Renton, Sick Boy, Spud y Begbie), el corazón del relato cambia de tono: Welsh quiere hablar de amor.
Sí, ese amor. El que parece un chiste en un mundo como el actual, donde —según el propio autor— vivimos rodeados de “odio y veneno”.

Ambientada en la Escocia de finales de los 80 y principios de los 90, ‘Men in Love’ retoma la historia justo donde terminó ‘Trainspotting’. Pero esta vez, Welsh no busca solo retratar el vacío de una generación perdida entre supositorios de opio y constructores navales desempleados, sino ofrecer un escape emocional: una especie de salvavidas entre tanta distopía moderna.
“Es hora de que me concentre más en el amor, como una especie de antídoto contra todo esto”, dijo el autor. Y tiene sentido. En tiempos donde las redes sociales se sienten como campos de batalla y la inteligencia artificial nos convierte en “máquinas idiotizadas”, quizá la respuesta esté justo en lo más básico: conectar con otro ser humano sin algoritmos de por medio.
Welsh también compara la época que retrata con la nuestra: el desempleo, la desaparición de industrias, la sensación constante de incertidumbre. “Estamos en una transformación revolucionaria”, advierte, y lo dice con el tono de alguien que ya vio el apocalipsis una vez —en forma de heroína— y ahora lo ve vestido de IA y scroll infinito.
“Cuando las máquinas piensan por ti, tu cerebro se atrofia”, sentencia.
Este no es solo el regreso de unos personajes icónicos. Es una especie de espejo donde nos vemos todos: desorientados, buscando algo que nos salve del tedio, del sistema, del algoritmo. Y si Welsh dice que el amor puede ser el antídoto, quizá deberíamos prestar atención.


