Nos trasladamos a los años 30 a vivir una experiencia única culinaria ubicado en el corazón de Polanco. Sobre avenida Presidente Masaryk se encuentra Botica, un lugar que reinterpreta la gastronomía japonesa en el que damos un salto en el tiempo por su hermosa decoración.
Al entrar nos trasladamos a una botica que retime a los años 30. Hay artilugios de boticarios por todos lados que te invitan a disfrutar la experiencia y querer saber qué tipo de comida sirven ahí. Las luces tenues hacen el lugar muy íntimo. Ideal para tener una cita con tu date, llevar a la familia o pasarla bien con los amigos. En este lugar todo es vintage, hasta la vestimenta de los meseros, capitanes, barra y decoraciones.
Botica se caracteriza por brindar a los comensales un auténtico menú japonés. Ellos fusionan ingredientes con varias técnicas dando como resultado increíbles platillos. Nosotros queríamos consentirnos y dejar todo en manos de nuestro chef, que nos sorprendió de buena manera con cada decisión tomada.
Nos llevaron la carta de bebidas y ordenamos un Negroni y un Lucky Green que estaba hecho con tequila, licor de melón, naranja y espuma de coco. Cuando nos trajeron nuestros tragos no podíamos creer lo increíble que estaba la presentación. La coctelería presenta el espiritú de la alquimía al momento de servir las bebidas. Una exploración líquida de un mixólogo que ha estudiado sabores en busca de ingredientes y nuevas técnicas.
Aquí, lo experimental y ancestral se encuentran.
Estábamos listos para el festín. Cristian, nuestro chef de barra comenzó a recomendarnos ciertos nigiris y otros platillos que nos llamaban la atención. Felicitación a todos los chefs de barra que hacen que la experiencia sea realmente enriquecedora, te van contando todo a detalle de la preparación de los alimentos.
Comenzaron a correr los platillos a la mesa con las diferentes presentaciones de nigiris. En esta experiencia el chef te va explicando cada ingrediente de los platillos para qué sepas de qué están hechos cada uno. Cada bocado son sensaciones de sabores muy sabrosas. Tanto la presentación como el sabor estaban fantásticos.
La elección de ingredientes en cada pieza hacen que cada platillo se vuelva una experiencia. Un poco de gengibre para limpiar el paladar y procedes a comer otro nigiri con sabores completamente diferentes al anterior. Este Hand Roll de Toro con Kimchi nos encantó.
El viaje en el tiempo continuaba y nosotros seguíamos degustando las diferentes presentaciones de comida que llegaban a nuestra mesa. El lugar como comentaba se vuelve más íntimo conforme va pasando la tarde, ya que la iluminación mientras más noche se atenúa y forma un contraste muy bonito con sus vitrales. Para este momento ya estábamos disfrutando de las Gyozas de Wagyu A5 Japonés sobre salsa de Jamaica, soya con morita y chile japonés. Una delicia.
Para finalizar la alquimía culinaría terminamos el festín con un Creme Bruleé que la presentación nos hacía no querer dar el primer paso. Al decidirnos fue la mejor decisión, estaba delicioso.
Para este momento de la tarde ya estábamos satisfechos y extasiados del viaje de sabores que acabábamos de degustar. Hay que destacar que el servicio de los meseros fue excelente tanto como el chef de barra y capitanes.
Botica Masaryk se encuentra ubicado en Avenida Presidente Masaryk 407 en Polanco. El costo promedio por persona ronda los mil pesos (considerando una entrada un plato fuerte y un trago) y es un increíble lugar por si traes ganas de comida japonesa y buscas conocer un lugar donde la alquimía está en la cocina y en su coctelería.
Sin duda, volveremos. Se volvió uno de nuestros lugares favoritos.
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